lunes, 5 de diciembre de 2011

Editorial

La provincia de Chiriquí es uno de los lugares más turísticos del país. Ofrece tanto climas cálidos y soleados, que se presentan en los hermosos llanos hasta los lugares fríos y frescos, como las paradisíacas tierras altas, a un paso del cielo.
En esta hermosa región, ubicada al occidente del país, se puede disfrutar de climas diferentes en menos de una hora. Es increíble la flora y fauna que se puede apreciar cuando se viaja ascendiendo y descendiendo por los terrenos cubiertos de colores llamativos, que evocan una tranquilidad inigualable. Cada distrito ofrece distintos atractivos para quienes desean disfrutar de la naturaleza que nos regaló el Creador.
Sin lugar a dudas, los habitantes de esta mágica provincia nos sentimos sumamente orgullosos de ser parte de un hermoso terruño. La población chiricana es muy acogedora y hace sentir a cualquier persona de otro lugar como si fuera propio.
Como buen ciudadano y satisfecho por lo que nuestra región ofrece, considero darles unas de recomendaciones a nuestras autoridades, para que el turismo incremente y permanezca siempre pujante. En la medida que se utilicen los recursos con los que cuenta la provincia para darle promoción nacional e internacional, se logrará que haya un constante flujo de turismo, incrementando la economía del lugar.
Los lugareños debemos conocer muy bien nuestra provincia, con la finalidad de brindarle información a quienes desean visitarnos. Es imperativo que se organicen talleres que incluya la participación de la población, involucrarlos en todos los temas que aborden a Chiriquí.
Finalmente, con el incremento de la economía regional, se deben crear planes para lograr que estos recursos sean traducidos en mejoras a la calidad de vida de los chiricanos, especialmente las poblaciones marginadas.
Todo se puede lograr si se trabaja en armonía.


En Panamá sólo existen tres áreas protegidas que salvaguardan ecosistemas asociados a sistemas insulares, como es el caso el Parque Nacional Marino Golfo de Chiriquí, el Parque Nacional Coiba y el Parque Nacional Marino de Bastimentos. En Chiriquí el Parque Nacional Marino Golfo de Chiriquí es un buen ejemplo a seguir, a pesar que el manejo de dicha área no es tan efectivo, debido a la escasez de personal y de profesionalismo del mismo.

El Parque Marino es mejor conocido como el archipiélago de las islas Páridas y en él se incluyen las islas Parida (la mayor de todas) y Paridita, las únicas habitadas de todo el archipiélago, ya que contienen fuentes con agua abundante. Otras islas protegidas dentro del parque son Santa Catalina, Pulgoso, Gámez, Tintorera, Obispo, Obispone, Los Pargos, Ahogado, Icacos, Corral de Piedra, Bolaños, Berraco, Bolañitos, San José, Linarte, Saíno, Sainitos, Iglesia Mayor, Carey Macho y Carey Hembra.

Está ubicado a 447 kilómetros hasta Puerto Pedregal y 3 horas en lancha hasta isla Paridas. El parque se encuentra situado en la provincia de Chiriquí y dista 480 kilómetros por carretera desde la ciudad de Panamá. Su superficie es de 14,740 hectáreas de islas y aguas marinas en el Pacífico occidental panameño. Fue creado en 1994, sobre el golfo del mismo nombre, al sur de los extensos manglares de la bahía de los Muertos. El área protegida es conocida como el archipiélago de las islas Páridas y en él se incluyen las islas Parida (la mayor de todas) y Paridita, las únicas habitadas de todo el archipiélago, ya que contienen fuentes con agua abundante.


Comprende áreas insulares, marinas y costeras. Su propósito es el de conservar estos ecosistemas y mantener la diversidad de flora y fauna; estimular las actividades científicas para la conservación y protección de especies endémicas del área, además de actividades de turismo ecológico, educación ambiental e interpretación de la naturaleza.

Tiene un clima tropical de sabana con temperaturas medias anuales superiores a los 27ºC y una pluviosidad media anual entre los 2,000 mm y los 2,500 mm permite el desarrollo de los bosques húmedos tropicales en las diferentes islas en los que dominan el maría, el roble, el cedro espino, el cedro amargo, el espavé y el corotú.

En las numerosas y extensas playas insulares donde habitualmente nidifican las amenazadas tortugas marinas, en especial la baula y la carey crecen las palmas de coco y el manzanillo de playa. El reptil más abundante es la iguana verde, en particular en la isla Bolaños, y el anfibio más común la ranita verde y negra. En los manglares de las islas Parida y Paridita es fácil observar la presencia de la graza tigre y de la abundante reinita manglera.

Volando de isla a isla es frecuente ver a las torcazas, a los loros frentirrojos, a los pericos carisucios y a los pericos barbinaranjas. En las islas mayores se han censado grupos de monos aulladores, mapaches y conejos pintados.

La riqueza del mar que rodea al archipiélago con sus arrecifes de coral y sus praderas marinas es lo más significativo del parque nacional. En los arrecifes se encuentran algunas formaciones del coral Porites lobata y del hidrozoo conocido como coral de fuego y en ellos viven especies tan espectaculares de peces como el ángel rey, el loro bicolor, el tiburón punta blanca.

Definitivamente este es un destino turísticos de nuestra bella provincia que no puede pasar desapercibido cuando se hace turismo... Un lugar para visitar por nacionales y extranjeros.